A la hora de elegir dónde depositar nuestro dinero o solicitar un crédito, es fundamental entender la diferencia entre una cooperativa y un banco. Tanto las cooperativas de ahorro y crédito como los bancos ofrecen servicios financieros, pero existen diferencias clave en su estructura y funcionamiento.
Las cooperativas de ahorro y crédito, como Coogranada, son organizaciones sin ánimo de lucro que pertenecen y son gestionadas por sus asociados. Esto significa que los beneficios generados se reinvierten en la cooperativa o se distribuyen entre beneficios para los asociados. En cambio, los bancos son instituciones con fines de lucro, cuyo objetivo principal es generar ganancias para sus accionistas.


Una cooperativa de crédito se enfoca en brindar servicios financieros accesibles y asequibles a sus asociados, promoviendo el bienestar económico y social de la comunidad. Por otro lado, los bancos suelen priorizar la rentabilidad y pueden tener políticas de crédito más restrictivas.
En una cooperativa como Coogranada, los asociados tienen voz y voto en las decisiones importantes, participando activamente en la gestión y dirección de la cooperativa, donde cada asociado significa un voto, independientemente de los aportes que posea. Los bancos, en contraste, están controlados por un pequeño grupo de accionistas que toma las decisiones estratégicas con prevalencia de los que posean mayor cantidad de acciones.


Además, las cooperativas suelen ofrecer tasas de interés más favorables tanto en créditos como en ahorro, y están más enfocadas en la educación financiera de sus asociados. Esto es especialmente importante en el caso de los microcréditos y los créditos para consumo, comercial y de estudio, áreas en las que Coogranada se destaca.
 

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